Las víctimas intentaban regresar a sus viviendas para evaluar los daños.

El Ejército israelí justificó sus acciones, declarando que los civiles cruzaron la línea y se acercaron a las tropas, lo que representaba una “amenaza” que debía ser eliminada. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) también reconocieron operaciones aéreas en Jan Yunis contra lo que calificaron como “terroristas que emergieron de un agujero” y que suponían una “amenaza inmediata”. Estos eventos, junto con otros ataques aislados como la muerte de dos palestinos por un dron israelí en Shujaiya, ponen de relieve la extrema volatilidad de la situación y la desconfianza persistente entre ambas partes, amenazando con deshacer los avances diplomáticos logrados.