La situación se ha visto exacerbada por las restricciones impuestas por Israel.

La UNRWA denunció que Israel está impidiendo el ingreso de sus suministros, que incluyen alimentos, medicinas y artículos de refugio, a pesar del acuerdo de paz. Tom Fletcher, de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), calificó estas restricciones como una contradicción de los compromisos del alto el fuego, subrayando que “la ayuda a los civiles no es moneda de cambio”. La decisión de Israel de reducir a 300 los camiones de ayuda diarios como represalia por el retraso en la entrega de cuerpos agrava aún más una crisis que, según la ONU, podría derivar en una catástrofe de proporciones históricas.