Fakhri enfatizó que la hambruna en Gaza no es un desastre natural, sino una “catástrofe creada por el hombre”, producto del bloqueo y la guerra.

“Cuando un padre sostiene en brazos a su hijo hambriento, mirándolo a los ojos mientras muere de hambre, significa que toda una sociedad está bajo ataque”, declaró.

Esta perspectiva es compartida por otros funcionarios de la ONU, quienes han descrito la tarea de reconstrucción como “enorme” y han denunciado las restricciones de Israel a la ayuda como una violación de sus obligaciones legales. El coordinador humanitario de la ONU, Tom Fletcher, fue claro al afirmar que “la ayuda a los civiles no es moneda de cambio”. La crítica se extiende a la inacción del Consejo de Seguridad, cuya parálisis, según Fakhri, pone en duda la legitimidad moral del organismo. La declaración de que “la ONU murió en Gaza” no es solo una hipérbole, sino el reflejo de una profunda frustración ante un sistema incapaz de hacer cumplir sus principios más básicos.