Por su parte, Israel ha justificado sus acciones como respuestas a violaciones previas de Hamás y a amenazas directas contra sus tropas.

El ejército israelí afirmó que mantendrá la tregua pero “responderá firmemente a cualquier violación”. Un alto cargo de Hamás acusó a Israel de haber matado al menos a 24 personas en tiroteos desde el inicio de la tregua, mientras que el ejército israelí sostiene que algunos palestinos ignoraron las advertencias de no acercarse a sus posiciones. Esta dinámica de acusaciones y represalias demuestra la profunda desconfianza entre ambas partes y mantiene a la población civil en un estado de constante incertidumbre y peligro, socavando las bases del acuerdo de paz.