El grupo islamista ha afirmado que algunos cuerpos se encuentran en túneles o edificios destruidos por los propios bombardeos israelíes. La tensión aumentó cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que uno de los cuatro cuerpos entregados recientemente por Hamás no correspondía a ninguno de los rehenes esperados, lo que fue visto por Israel como una violación del acuerdo. Este incidente llevó a Israel a amenazar con reducir a la mitad la ayuda humanitaria permitida en Gaza y a condicionar la reapertura del cruce de Rafah a la entrega total de los restos. Este proceso, cargado de un profundo dolor para las familias, se ha transformado en una pieza de negociación que refleja la desconfianza y pone a prueba la viabilidad del pacto.