Esta dura declaración refleja una profunda crisis de credibilidad para el sistema multilateral y su aparente incapacidad para proteger a los civiles en el conflicto. Michael Fakhri, relator especial sobre el Derecho a la Alimentación, afirmó ante un comité de la Asamblea General que el fracaso en Gaza representa “el fracaso más profundo de la comunidad internacional en tiempos recientes”. Recordó los nombres de Mahmoud Fattouh, de dos meses, y Yazan al-Kafarneh, de diez años, los primeros niños que murieron de hambre a principios de 2024, describiendo estas muertes como el momento simbólico del colapso de la ONU. “Cuando un padre sostiene en brazos a su hijo hambriento, mirándolo a los ojos mientras muere de hambre, significa que toda una sociedad está bajo ataque y que la hambruna se extiende”, expresó Fakhri. Subrayó que la crisis no es un desastre natural, sino una catástrofe provocada por el hombre, producto de la guerra y el bloqueo israelí. El experto criticó directamente la inacción del Consejo de Seguridad, paralizado por vetos y desacuerdos políticos, argumentando que su incapacidad para actuar con decisión pone en duda la legitimidad moral del organismo. Su llamado fue a que los Estados miembros adopten medidas urgentes para garantizar el acceso de ayuda y que demuestren que “la solidaridad internacional no está muerta”.