Esta acción fue calificada como “necesaria y preventiva”, pero analistas advirtieron que podría poner en riesgo los esfuerzos diplomáticos liderados por el presidente Donald Trump.

Días antes, el 19 de octubre, bombardeos israelíes en represalia por la muerte de dos soldados en Rafah causaron la muerte de al menos 45 personas, a pesar de la tregua vigente. Tras esta escalada, el ejército israelí anunció el 19 de octubre que reanudaría la aplicación del alto el fuego, pero advirtió que respondería “firmemente a cualquier violación”. Por su parte, el Ministerio de Sanidad palestino y Hamás han denunciado “violaciones graves y reiteradas” por parte de Israel desde el inicio de la tregua el 11 de octubre, reportando 88 muertos y 315 heridos en ese periodo. Hamás ha reiterado su voluntad de implementar el acuerdo “hasta el final”, pero la desconfianza mutua y las acciones militares esporádicas de ambas partes mantienen la paz en un equilibrio precario, con la comunidad internacional observando con preocupación la posible reanudación de un conflicto a gran escala.