Tras dos días de conversaciones mediadas por Egipto, las facciones palestinas anunciaron un consenso para ceder la administración de Gaza a un “comité palestino temporal compuesto por tecnócratas independientes”. Según el comunicado publicado por Hamás, este organismo “gestionará los asuntos de la vida cotidiana y los servicios básicos en cooperación con los hermanos árabes y las instituciones internacionales”.

Este paso es crucial, ya que Hamás, que ha gobernado Gaza desde 2007, ha manifestado no desear gobernar el territorio tras la guerra. El acuerdo también incluye un compromiso para “revitalizar la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como único representante legítimo del pueblo palestino”, un punto clave para la unificación política palestina, dado que Hamás no forma parte de la OLP. Sin embargo, este plan palestino difiere de la propuesta de Estados Unidos, que contempla un comité tecnocrático bajo “supervisión” internacional a través de un “comité de paz” presidido por Donald Trump. El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, fue claro al afirmar que “Hamás no puede gobernar ni estar implicado en ningún futuro Gobierno de Gaza”, y que su desarme es una condición innegociable del alto el fuego.