Esta propuesta busca una solución de gestión interna, aunque Hamás ha dejado claro que no se desarmará. En contraposición, el plan de paz del presidente estadounidense Donald Trump propone una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF) que se desplegaría a medida que las tropas israelíes se retiren. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha sido enfático en que Israel se reserva el derecho de veto sobre los países que compondrían dicha fuerza. Netanyahu declaró que su país “seguirá controlando su propio destino” y rechazó explícitamente la participación de fuerzas de países como Turquía, debido a las críticas de su presidente, Recep Tayyip Erdoğan, a la campaña militar israelí. El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, respaldó la postura de Israel, afirmando que el contingente deberá estar compuesto por países “con los que Israel se sienta cómodo”.