Esta situación ha generado una grave crisis política para Netanyahu.

En julio, los partidos ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá (UTJ) abandonaron su coalición de gobierno en protesta, debilitando significativamente su administración, ya presionada por sectores de extrema derecha descontentos con el alto el fuego con Hamás. Los líderes ultraortodoxos sostienen que la dedicación al estudio de las escrituras es sagrada y temen que el servicio militar aleje a sus jóvenes de la vida religiosa. La muerte de un joven de 15 años tras una caída durante la manifestación ha añadido una dimensión trágica al polarizado debate.