Hamás se había comprometido a entregar los restos de 28 cautivos fallecidos, pero hasta ahora solo ha devuelto 17.

La controversia estalló cuando el ejército israelí, tras un análisis forense, declaró que los últimos tres cuerpos recibidos no coincidían con los registros de ningún rehén. Esta situación fue uno de los detonantes para que Israel reanudara los bombardeos sobre Gaza. Las Brigadas Ezedin al Qasam, brazo armado de Hamás, ofrecieron su versión de los hechos, explicando que propusieron entregar “tres muestras de un cierto número de restos no identificados”, pero que Israel se negó y exigió los cadáveres completos para su examen. El grupo islamista alega que la localización de los cuerpos es extremadamente difícil debido a la destrucción generalizada en Gaza y a que algunas de las personas que los enterraron han muerto. El Foro de Familias de Rehenes, la principal asociación de allegados de los cautivos, ha reaccionado con firmeza, exigiendo al gobierno israelí, a Estados Unidos y a los mediadores que no avancen a la siguiente fase del acuerdo hasta que Hamás cumpla con la devolución de todos los cuerpos. Mientras tanto, equipos egipcios, con la autorización de Israel, han comenzado a trabajar entre los escombros en Gaza para acelerar la búsqueda y recuperación de los restos mortales, en un esfuerzo por destrabar las negociaciones.