La situación se ha visto empañada por escándalos internos en el ejército israelí.

La jefa de la fiscalía militar, Yifat Tomer Yerushalmi, presentó su dimisión tras admitir la filtración de un video que mostraba abusos a un preso palestino, un caso que el ministro de Defensa, Israel Katz, calificó de grave.

A nivel diplomático, la tensión también es palpable.

El embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, calificó de “bruja” a la relatora Francesca Albanese por su informe que acusa a Israel de genocidio colectivo en Gaza, a lo que ella respondió que usaría todos sus poderes para detener los crímenes.