Su trabajo, sin embargo, conlleva un riesgo extremo.

El conflicto ya es considerado el más mortífero para periodistas en la historia reciente, y muchos de ellos han pagado con su vida el compromiso de informar. El escritor y activista palestino Mohamed El-Kurd, en su libro *Víctimas perfectas*, describe esta labor como la construcción de puentes “en el abismo que separa Palestina y el mundo”. El-Kurd denuncia el doble rasero mediático que, según él, enfrentan los palestinos. “Nuestra muerte es tan cotidiana que los periodistas informan de ella como si dieran el parte del tiempo”, lamenta. Sostiene que la narrativa occidental a menudo solo escucha a los palestinos cuando encajan en el molde de “víctimas perfectas”, mientras que cualquier acto de resistencia es criminalizado, a diferencia de otros conflictos como el de Ucrania. A pesar de la falta de respaldo institucional y las constantes acusaciones, estos periodistas e *influencers* gazatíes han logrado cambiar la percepción global sobre Palestina. A través de historias personales de niños, familias y comunidades devastadas, han roto estereotipos y generado una ola de empatía internacional. Como reflexiona El-Kurd, “el poder de la palabra puede ser tan fuerte como el de las armas”, y aunque la opinión pública no detenga la guerra de inmediato, cada testimonio es un paso en la lucha por la dignidad y la justicia.