Estas acciones han provocado un aumento de víctimas y han erosionado la confianza de la población en la tregua. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) intensificaron sus operaciones, incluyendo ataques cerca de Jan Yunis y la demolición de edificios en el campo de refugiados de Bureij, con el objetivo declarado de destruir túneles e infraestructura de Hamás. El portavoz de las FDI, Roni Kaplan, afirmó: “Israel mantiene su compromiso con el acuerdo de cese al fuego, pero Hamás continúa violando las condiciones estipuladas, poniendo en peligro la estabilidad y el proceso de paz”. Autoridades gazatíes reportaron que los ataques israelíes han causado la muerte de al menos 240 palestinos desde el inicio de la tregua. La tensión se exacerbó después de que Hamás entregara tres cuerpos que, según análisis forenses israelíes, no correspondían a ninguno de los rehenes, lo que provocó bombardeos de represalia. La población civil vive en un estado de agotamiento y desesperación, como lo expresó Sumaya Dalul, de 27 años: “La vida no tiene sentido”. El presidente turco Recep Tayyip Erdogan también criticó la actuación de Tel Aviv durante la tregua, calificándola de insuficiente.