Según el gobierno de Gaza, entre el 10 y el 31 de octubre, solo ingresaron 3,230 camiones de ayuda humanitaria, lo que representa apenas el 24% de los 13,333 previstos en el acuerdo mediado por Estados Unidos. La situación del combustible es aún más grave, con solo el 10% de lo pactado autorizado por Tel Aviv.

Las autoridades gazatíes denunciaron esto como una “continua política de restringir e interrumpir deliberadamente los suministros vitales”. Además, la población enfrenta una severa crisis de liquidez, ya que Israel bloquea las transferencias de efectivo, obligando a los ciudadanos a recurrir a intermediarios que cobran comisiones de hasta el 40%. La educación también se ve afectada; los niños que han regresado a clases lo hacen en condiciones precarias, sentados en el suelo de escuelas que aún sirven de refugio para desplazados. La Defensa Civil gazatí reporta haber recuperado 500 cadáveres de los escombros desde la tregua, con miles más aún enterrados.