El impacto del trauma se extiende a sus familias, generando violencia doméstica y separaciones.

El veterano Micha Katz afirmó que 60 soldados se han suicidado en los últimos meses, aunque el ejército no ha proporcionado cifras oficiales. En respuesta, soldados con TEPT han acampado frente al Parlamento para exigir el fin de la burocracia en la atención de salud mental y el reconocimiento de su condición como una “herida invisible” o una “lesión del alma”, tan grave como una herida física. El capitán Israel Ben Shitrit, quien resultó herido en combate, relató su propia lucha contra el TEPT: “El grito del soldado pidiendo ayuda... esté donde esté, siempre lo oiré”.