Hezbolá, por su parte, rechaza cualquier negociación y reafirma su derecho a la resistencia.

Israel llevó a cabo bombardeos aéreos sobre al menos cuatro localidades del sur de Líbano, entre ellas Tayr Debba y Taybeh, causando al menos un herido y el desplazamiento forzado de civiles. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) emitieron órdenes de evacuación "urgente" minutos antes de los ataques, que el gobierno libanés calificó como "una agresión flagrante". Las FDI justificaron los bombardeos alegando que su objetivo era impedir que Hezbolá intentara "reconstruir infraestructura terrorista", aunque las autoridades libanesas afirman que las zonas afectadas eran predominantemente civiles.

Esto representa una escalada significativa, ya que Israel ha realizado más de 60 ataques en Líbano desde la tregua. En respuesta, Hezbolá emitió una "carta abierta" en la que rechaza "cualquier negociación política con Israel" y reafirma su "derecho legítimo (...) a defenderse de un enemigo que impone la guerra a nuestro país".

El grupo, que asegura estar respetando el alto el fuego, considera los ataques israelíes como una "provocación calculada" para presionar al gobierno libanés a que lo desarme. El gobierno libanés ha mostrado disposición a negociar, pero Hezbolá se niega a un diálogo "bajo amenaza o chantaje". La renovada violencia en el frente norte amenaza con reabrir un conflicto de gran envergadura.