El escándalo ha sacudido a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y ha puesto en evidencia las tensiones internas sobre la conducta de las tropas. La mayor general Yifat Tomer-Yerushalmi renunció un viernes, reconociendo ser la fuente de la filtración.

El video en cuestión mostraría graves abusos a un prisionero palestino por parte de soldados israelíes.

Tras su renuncia y admisión, fue detenida.

El ministro de Defensa, Israel Katz, declaró que, dada la gravedad del caso, Yerushalmi no volvería a sus funciones. Este incidente representa una crisis interna significativa para las FDI, planteando serias dudas sobre la conducta militar, la rendición de cuentas y el manejo de pruebas relacionadas con posibles crímenes de guerra. El hecho de que una oficial legal de tan alto rango filtrara dicho material sugiere una posible ruptura en la cadena de mando interna para abordar tales abusos, o quizás un acto de denuncia destinado a exponer acciones que consideraba que no se estaban tratando adecuadamente a través de los canales oficiales.

Los artículos no proporcionan detalles sobre el contenido específico del video ni las circunstancias del abuso.

Sin embargo, la rápida renuncia y posterior detención de una figura tan importante indican la seriedad con la que el ejército y el gobierno israelí están tratando el asunto, al menos públicamente.