Esta declaración sirve como respuesta directa a propuestas, como la presentada por Estados Unidos en la ONU, de una fuerza de estabilización internacional para supervisar la seguridad en el territorio posconflicto. Los ministros subrayaron la urgente necesidad de reconstrucción y el retorno de las familias desplazadas, pero insistieron en que estos esfuerzos no deben ir en detrimento de la soberanía palestina. Fidan también instó a la reconciliación interna entre Hamás y la Autoridad Palestina para fortalecer la representación política del pueblo palestino.

Aunque Turquía había expresado su interés en participar en una posible fuerza internacional, Israel ha rechazado su inclusión debido a los lazos de Ankara con Hamás.

La postura unificada de estos actores regionales clave presenta un desafío diplomático significativo para cualquier plan que busque imponer una administración externa en Gaza, subrayando el principio de autodeterminación.