La situación sanitaria es alarmante.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) alertó sobre la acumulación de casi 2 millones de toneladas de basura, lo que representa un riesgo para el medio ambiente y la salud pública. Mahmoud Abu Reida, residente de Jan Yunis, describió el ambiente fétido: “No huelo aire fresco.

Siento un olor nauseabundo en mi tienda y no puedo dormir”.

A esto se suma la propagación de enfermedades de la piel por el hacinamiento y la falta de medicamentos, con una disponibilidad reducida en más de un 56%. La crisis del agua también ha alcanzado un nivel "catastrófico", ya que solo 17 de los 88 pozos del enclave siguen operativos, y la planta desalinizadora central está fuera de servicio. La destrucción de la infraestructura de aguas residuales obliga a los habitantes a usar letrinas abiertas, agravando los riesgos sanitarios.