La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) documentó 536 ataques, mientras que la Comisión de Resistencia a la Ocupación y al Muro del Gobierno palestino elevó la cifra a 750. Desde el 7 de octubre de 2023, colonos y fuerzas israelíes han perpetrado más de 38,000 ataques en la región. Un incidente reciente en la aldea de Beita, cerca de Nablus, dejó al menos once personas heridas, incluyendo paramédicos y periodistas.
Un testigo describió la agresión: “Es la primera vez que veo bárbaros.
Están locos.
Atacan a todos”.
La periodista de Reuters, Ranin Sawaftah, sufrió una paliza, mientras otros fueron heridos por piedras. Además de la violencia física, se denuncia la destrucción sistemática de olivos, una práctica que busca expulsar a los palestinos de sus tierras. La ONU reportó más de 4,000 olivos vandalizados desde septiembre, y el activista Osama Majamra denunció la destrucción de más de 15 olivos centenarios al sur de Hebrón. Hamás ha llamado a la comunidad internacional a condenar estas agresiones, que califica como parte de un plan para expandir los asentamientos. La UNRWA advirtió que estos ataques “amenazan el modo de vida mismo de muchos palestinos”.












