Según el anuncio, el acuerdo busca establecer relaciones diplomáticas plenas y fomentar acuerdos bilaterales en diversas áreas estratégicas, como el comercio y la seguridad.

La decisión de Kazajistán, una nación con una importante población musulmana y una ubicación estratégica en Asia Central, representa una victoria diplomática para Israel, al abrir nuevas vías de cooperación en una región donde anteriormente tenía una presencia limitada. El presidente Trump mencionó que el acuerdo se concretó tras una “gran llamada” entre los líderes de los países involucrados, subrayando el papel continuo de su administración en la promoción de estos pactos. La adhesión de Kazajistán sigue a la de otros países como los Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos, que ya habían normalizado sus lazos con Israel en años anteriores bajo el mismo marco diplomático. Este desarrollo refuerza la tendencia de reconfiguración de las alianzas en el Medio Oriente y más allá, con un enfoque en la cooperación económica y de seguridad frente a amenazas regionales comunes.