Estos ataques incluyen agresiones físicas, quema de campos, destrucción de olivos y restricciones de acceso a los olivares, lo que activistas denuncian como un esfuerzo para expulsar a los palestinos de sus tierras. Un incidente particularmente grave ocurrió en la aldea de Beita, cerca de Nablus, donde colonos atacaron a un grupo de agricultores, activistas y periodistas, dejando al menos once heridos. Entre las víctimas se encontraba Raneen Sawaftah, fotógrafa de Reuters, quien fue golpeada brutalmente a pesar de portar un chaleco de prensa.
La Media Luna Roja Palestina también reportó que sus paramédicos fueron agredidos mientras atendían a los heridos.
Paralelamente, las fuerzas israelíes continúan con sus operaciones letales.
Este viernes, el ejército mató a tiros a dos adolescentes palestinos de 16 años, Muhammad Atim y Muhammad Qasim, cerca de Judeira, tras acusarlos de lanzar un cóctel molotov sobre el muro de separación. Con estas muertes, el número de menores palestinos fallecidos en Cisjordania este año asciende a 44, según la OCHA.












