Según los informes, unos 200 militares estadounidenses operarán desde esta base, trabajando en conjunto con contrapartes israelíes y otros actores internacionales.

La misión del CMCC es doble: por un lado, monitorear el cumplimiento de la tregua para evitar una reanudación de las hostilidades a gran escala entre Israel y Hamás; por otro, preparar y facilitar la masiva tarea de reconstrucción de Gaza, que ha sufrido una devastación generalizada de su infraestructura. La segunda fase del plan de paz impulsado por el presidente Trump prevé la desmilitarización de Gaza, el despliegue de una fuerza internacional de estabilización y un programa de reconstrucción financiado en parte por países musulmanes. La presencia de tropas estadounidenses en suelo israelí para esta tarea subraya el papel central que Washington pretende jugar para garantizar la estabilidad en la región y supervisar que las partes cumplan con los términos acordados, en un contexto de profunda desconfianza mutua.