Al menos 860 farmacias fueron destruidas durante la ofensiva israelí, dejando a unos 350,000 pacientes con enfermedades crónicas sin tratamiento.

A esta crisis se suma la devastación por las inundaciones, que han dejado inservibles 125,000 tiendas de campaña. En medio de este panorama, el Ministerio de Salud gazatí actualizó la cifra de fallecidos desde el inicio de la guerra a 69,169, un número que sigue aumentando con la recuperación de cuerpos bajo los escombros. A pesar de todo, hay pequeños signos de alivio, como la reapertura del hospital al-Kheir y la inauguración de un centro de nutrición por parte de la OMS.