El estudio plantea serias dudas sobre la posible complicidad de estas naciones en el conflicto y su responsabilidad bajo el derecho internacional. El informe, divulgado en el marco de la COP30 en Brasil, detalla que entre noviembre de 2023 y octubre de 2025, Azerbaiyán y Kazajistán fueron responsables del 70% del crudo enviado a Israel.
En cuanto a productos refinados, los principales proveedores fueron Rusia, Grecia y Estados Unidos.
Un dato clave del estudio es que Estados Unidos es el único país que suministra a Israel JP-8, un tipo de combustible específico para aeronaves militares. La organización advirtió que los países proveedores eran conscientes de las acciones militares de Israel y, por lo tanto, “podrían estar incurriendo en complicidad”. Oil Change International instó a los Estados involucrados a reconocer su responsabilidad y detener cualquier tipo de apoyo que contribuya al conflicto. Irene Pietropaoli, especialista en derechos humanos del Instituto Británico de Derecho Internacional y Comparado, reforzó esta perspectiva al explicar que los Estados tienen la obligación, según la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, de prevenir y sancionar actos de genocidio. Pietropaoli advirtió que cualquier asistencia a Israel, ya sea militar o de otro tipo, “podría implicar responsabilidad por complicidad en crímenes de genocidio”. El informe pone en evidencia la red de suministro energético que ha sostenido las operaciones militares israelíes, generando un debate sobre la responsabilidad legal y ética de la comunidad internacional.










