Estos ataques, que han causado al menos una muerte, representan una escalada en las tensiones fronterizas y han sido condenados por las autoridades libanesas.
En un comunicado, las fuerzas armadas israelíes declararon haber atacado “infraestructura terrorista de Hizbulá” en la Becá y en varias localidades del sur libanés, incluyendo la zona de Nabatieh. El Ministerio de Salud del Líbano confirmó la muerte de un ciudadano en un bombardeo contra un vehículo en la aldea de Al Bissariyeh, en el distrito de Sidón.
Israel justificó sus acciones afirmando que “Hizbulá intenta rehabilitar sus activos terroristas a lo largo del Líbano”, lo que considera una “violación del entendimiento entre Israel y Líbano”.
A pesar de que el alto el fuego se mantiene oficialmente desde hace casi un año, el Estado judío ha continuado sus ataques en territorio libanés de forma casi diaria, pero recientemente ha intensificado sus operaciones. La semana pasada, el ejército israelí emitió órdenes de evacuación para edificios en varias localidades del sur, como Tayr Debba y Kfardounine, antes de bombardearlas.
Estos ataques han provocado una enérgica condena por parte de las autoridades libanesas, que han reiterado su llamado a la comunidad internacional para que presione a Israel y ponga fin a las hostilidades, que amenazan con desestabilizar aún más la frágil frontera.










