Horas después, en el campo de Al Fará, cerca de Tubas, las fuerzas israelíes abatieron a Yad Yihad Yadalá, a quien acusaron de intentar atacarlos. En ambos casos, la Media Luna Roja Palestina denunció que las fuerzas israelíes obstaculizaron el acceso de los paramédicos a los heridos. Paralelamente, la aldea de Jabaa, al sur de Belén, fue asaltada por decenas de colonos encapuchados que quemaron ocho vehículos y dejaron grafitis con mensajes como "Muerte a los árabes". Los residentes, como Tarteel de 16 años, relataron el terror vivido: "(Un colono) empezó a decirnos: ‘les prenderé fuego como le hicimos a la familia Dawabsheh’". Se cree que el ataque fue en represalia por el desalojo de un puesto de avanzada ilegal cercano. Aunque el primer ministro Benjamín Netanyahu condenó a los atacantes como "un pequeño grupo extremista", los palestinos expresan escepticismo sobre la acción de la justicia, citando datos de la ONG Yesh Din que indican que el 94% de las investigaciones sobre violencia de colonos entre 2005 y 2024 se cerraron sin acusación.