Aunque su salida fue revocada temporalmente por su delicada condición, su futuro es incierto.

Su situación es aún más trágica, ya que espera un trasplante de riñón de uno de sus hijos, quienes permanecen atrapados en Jan Yunis. Otros casos incluyen a Nesrine Atiya Mohamed, una paciente oncológica que necesita tomografías periódicas no disponibles en Gaza incluso antes de la guerra, y Yamen, un joven de 16 años con una enfermedad rara. La madre de Yamen relató el terror de volver a un lugar donde su familia vive en una tienda de campaña: "Ellos, que están sanos, ya sufren todo esto, imagínate un niño como Yamen, con su condición de salud, viviendo en esa misma tienda". Los afectados se aferran a la esperanza de que la presión mediática o la intervención de un tercer país les permita continuar su tratamiento fuera de Gaza.