Las víctimas, quienes sufrieron las agresiones durante años, lograron denunciar los hechos al alcanzar la adolescencia. La investigación de la Fiscalía determinó que los abusos dejaron graves secuelas físicas, emocionales y conductuales en las jóvenes, afectando su desarrollo integral. Durante el juicio oral, se presentaron pruebas contundentes que incluyeron dictámenes periciales, evidencia material y documental, así como los testimonios de las víctimas, los cuales fueron calificados como determinantes por las autoridades para lograr la condena. La defensa del acusado presentó argumentos que el juez consideró infundados antes de dictar la sentencia, que deberá cumplirse en un Centro de Reinserción Social de la entidad. Las autoridades destacaron la valentía de las víctimas al denunciar y protegieron su identidad para resguardar su integridad.
Este caso se suma a otras sentencias ejemplares recientes en Nuevo León, como la de un hombre condenado a 362 años en agosto por abusar de dos menores y una mujer, lo que, según la Fiscalía, reafirma un mensaje contundente contra quienes atentan contra la integridad de los menores neoleoneses, gracias a modificaciones en el Código Penal que permiten penas mayores.