Esta iniciativa, parte del ambicioso Tren del Norte, busca redefinir la movilidad y la conexión económica en la región, generando una fuerte confianza en el sector privado.
El contrato, con un valor de 31,843 millones de pesos, fue ganado por las operadoras Cicsa y FCC Construcción, ambas parte del grupo de Slim. El proyecto abarca un tramo de 111 kilómetros, correspondiente a los segmentos 13 y 14 del plan general, e incluye tanto el diseño como la construcción de la nueva vía, así como la integración con la infraestructura existente. La decisión de adjudicar la obra a este consorcio ha sido bien recibida por la iniciativa privada. Arturo Reveles Márquez, presidente de la CANACINTRA Coahuila-Sureste, destacó la solidez de la elección, afirmando que “la licitación no solo valoró precio, sino también experiencia técnica, capacidad, historial en obras ferroviarias de gran escala. Slim tiene ventaja en ese tipo de proyectos”. Reveles Márquez añadió que la experiencia previa de CICSA y FCC en proyectos de gran magnitud les otorga credibilidad para asumir los desafíos técnicos del tramo, que incluyen la construcción de puentes, viaductos y pasos vehiculares. La capacidad económica del grupo también fue un factor clave, ya que proporciona una garantía para enfrentar cualquier eventualidad a través de fianzas y seguros. Este proyecto ferroviario se perfila como un catalizador para el desarrollo regional, desafiando los paradigmas tradicionales del transporte y prometiendo una era de mayor conectividad y eficiencia para el norte de México.