El fallecimiento de Mauricio Fernández Garza, alcalde con licencia de San Pedro Garza García, ha marcado un punto de inflexión en la política metropolitana, generando una ola de homenajes y activando el proceso de sucesión en uno de los municipios más influyentes del país. Su deceso, ocurrido a los 75 años tras una batalla contra el cáncer de mesotelioma pleural, concluye una era definida por su estilo polémico y su profundo impacto en la seguridad, cultura y desarrollo urbano de San Pedro. La partida de Fernández, conocido popularmente como 'Tío Mau', desató una serie de tributos institucionales y ciudadanos. El gobernador Samuel García encabezó una guardia de honor en el Palacio Municipal de San Pedro y anunció que el museo La Milarca, que alberga la vasta colección personal de Fernández, será declarado patrimonio cultural de Nuevo León. Asimismo, el Ayuntamiento de Monterrey, presidido por Adrián de la Garza, propuso nombrar una de las vialidades de interconexión entre ambas ciudades en su honor. El municipio de San Pedro suspendió todos los eventos públicos por cinco días en señal de luto. El legado de Fernández es multifacético; se le recuerda por su estrategia de 'blindaje' en seguridad, su pasión por el arte y la historia —evidente en su colección que incluye desde fósiles hasta la espada de Hernán Cortés— y su visión para grandes proyectos de infraestructura, como la interconexión vial entre San Pedro y Monterrey, cuyo arranque estaba previsto para días después de su muerte. El proceso de sucesión ya está en marcha.
Se prevé que Mauricio Farah Giacoman, actual Secretario del Ayuntamiento, asuma como alcalde sustituto. El procedimiento legal requiere que Farah renuncie a su cargo, se incorpore al cabildo como regidor y, posteriormente, sea propuesto por el mismo para ser ratificado por el Congreso del Estado, un movimiento que, según fuentes, ya había sido cabildeado por el propio Fernández antes de su fallecimiento.
En resumenLa muerte de Mauricio Fernández no solo representa la pérdida de una figura política icónica para San Pedro y Nuevo León, sino que también inicia un reacomodo en la administración municipal. Mientras se suceden los homenajes que buscan preservar su legado cultural y político, el cabildo y el Congreso estatal se preparan para formalizar la transición de gobierno que él mismo ayudó a delinear.