Las autoridades estatales y municipales anunciaron el arranque de la construcción de la interconexión vial que unirá las avenidas Lázaro Cárdenas, Gómez Morín y Morones Prieto, un proyecto de infraestructura de gran envergadura destinado a mejorar la movilidad entre Monterrey y San Pedro. Este proyecto, largamente impulsado por el fallecido alcalde Mauricio Fernández, busca aliviar la congestión vehicular en una de las zonas con mayor flujo de la metrópoli. El encargado del despacho de San Pedro, Mauricio Farah Giacomán, confirmó que los trabajos iniciarían la semana del 23 de septiembre, asegurando la continuidad del proyecto a pesar de la licencia y posterior fallecimiento de Fernández. 'Mauricio Fernández tiene años empujando para que este tipo de obras se hagan realidad y finalmente se concretará', afirmó Farah.
La obra, con una inversión estimada de 1,500 millones de pesos y una extensión de 2.24 kilómetros, está diseñada para dar servicio a aproximadamente 24,200 vehículos diarios. El trazado comenzará en la calle Río Tamuin en Lázaro Cárdenas, conectará con el camino hacia el Poder Judicial de la Federación, cruzará Gómez Morín con un paso elevado hasta Morones Prieto e incluirá una gaza de conexión con la avenida San Francisco. A pesar de los beneficios esperados en la fluidez del tránsito, el proyecto ha generado preocupación entre colectivos ciudadanos por su posible impacto en el patrimonio histórico. Se ha advertido que en la zona de la obra existen alrededor de 200 inmuebles registrados ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), lo que podría generar conflictos durante la construcción. No obstante, las autoridades han defendido la necesidad de la obra para hacer frente a los desafíos de movilidad de una zona metropolitana con más de 6 millones de habitantes, argumentando que es una solución necesaria para mejorar la calidad de vida y reducir los tiempos de traslado.
En resumenEl inicio de la interconexión Monterrey-San Pedro representa un avance significativo en la infraestructura vial metropolitana, cumpliendo con una visión de largo plazo para mejorar la conectividad. Sin embargo, el proyecto enfrenta el desafío de equilibrar la modernización de la movilidad con la preservación del patrimonio histórico de la zona, un punto que será crucial durante su desarrollo.