La operación del programa implica un proceso coordinado: brigadistas acuden a las zonas para realizar un censo de las necesidades, determinando qué trabajos se requieren y qué casas serán pintadas. Posteriormente, cuadrillas de pintores y de servicios públicos ejecutan las labores para 'cambiarle el rostro' al sector.

Este enfoque sistemático asegura una transformación completa y ordenada de cada área intervenida.