Sin embargo, el objetivo de una red metropolitana unificada enfrenta un desafío considerable debido a la fragmentación política.

Reportes indican que municipios clave como Monterrey, San Nicolás, San Pedro, Santa Catarina y Apodaca han optado por desarrollar sus propios sistemas de tránsito, creando “parches” en lugar de un sistema homogéneo. Por ejemplo, la administración de Adrián de la Garza en Monterrey anunció la desconexión de los semáforos del centro para operarlos desde su propio C4, mientras que otros municipios exploran sistemas de ciudades como Puebla o León. Esta falta de acuerdos amenaza con limitar la eficacia del proyecto estatal, que cuenta con un presupuesto de 1,800 millones de pesos.