A pesar del aumento en los precios, la demanda general ha mostrado una ligera desaceleración.

Este fenómeno se atribuye a que varias empresas, especialmente las de origen global e internacional, están migrando hacia esquemas de coworking como una estrategia para reducir costos y mitigar riesgos ante la incertidumbre económica. Estas compañías han continuado con estrategias de “downsizing” (reducción de espacio), optando por oficinas ya acondicionadas o amuebladas para optimizar recursos.

En contraste, las empresas nacionales han mantenido una presencia más activa en el mercado, incrementando su participación y mostrando una mayor preferencia por espacios en obra gris, los cuales representaron casi la mitad (49.6%) de las transacciones cerradas durante el último trimestre. La firma anticipa que para el cierre del año el mercado mantendrá una tendencia estable, con ajustes marginales en los precios condicionados por el comportamiento del tipo de cambio y el panorama macroeconómico internacional. El reporte también señala que la combinación de trabajo presencial y remoto ha disminuido la intensidad de uso de espacio de oficinas por empleado, resultando en un 30% menos de absorción que hace una década para el mismo número de empleados.