Testigos describieron a los agresores como dos jóvenes vestidos de negro que huyeron a pie hacia la calle Octava, perdiéndose entre la multitud.
A pesar del operativo de búsqueda implementado por las autoridades, no se reportaron detenciones.
El ataque generó alarma entre comerciantes, residentes y turistas que se encontraban en la zona, un área vital para la economía y la imagen de Tijuana. Este hecho se enmarca en un contexto de violencia generalizada en la ciudad, que, según cifras de la Mesa de Seguridad estatal, concentra la mayor parte de las más de 600 agresiones con arma de fuego registradas en Baja California en lo que va de 2025. Aunque la Fiscalía General del Estado (FGE) vincula la mayoría de estos ataques a disputas entre grupos delictivos, a menudo resultan heridas víctimas ajenas a dichos conflictos, lo que ha elevado la percepción de inseguridad y ha provocado que comerciantes y vecinos de la Zona Centro exijan una mayor presencia policial para proteger la tranquilidad y la afluencia de visitantes.