La obra, concesionada a un consorcio privado por 30 años, ha enfrentado oposición ciudadana que no logró prosperar.

El 15 de septiembre comenzaron las acciones de limpieza y despalme en el tramo de los kilómetros 3 al 5, sin interferir con la circulación vehicular. El proyecto, supervisado por la Secretaría de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Reordenación Territorial (SIDURT), contempla la construcción de dos carriles por sentido en el camellón central de los primeros 12 kilómetros de la vialidad. Arturo Espinoza Jaramillo, titular de la SIDURT, informó que la obra, con una duración estimada de 18 a 20 meses, incluirá dos puentes para retornos seguros.

La concesión fue otorgada al consorcio "Concesionaria Carril Confinado Tijuana 2000", conformado por las empresas Calzada Construcciones y Construcciones y Dragados del Sureste.

Se estima una cuota de peaje inicial de 53 pesos.

El gobierno estatal justificó la concesión por la falta de recursos públicos para la obra, necesaria para mitigar la congestión y los accidentes. Previamente, un intento ciudadano por someter el proyecto a plebiscito fue declarado improcedente por el Instituto Estatal Electoral de Baja California (IEEBC), argumentando que los carriles existentes se mantendrán libres de peaje y que no se alcanzaron las firmas necesarias.