Bajo el lema “concientización a través de la acción”, los participantes no solo recogieron residuos, que en cada jornada suelen superar la tonelada, sino que también participaron en actividades educativas como talleres de separación de residuos, observación de aves y una auditoría de marcas realizada por Greenpeace para identificar a las empresas más contaminantes. Nereyda Ayala, coordinadora de la campaña, expresó que la meta final es recoger cada vez menos basura, ya que eso “significaría que la conciencia está haciendo efecto”. El evento se ha convertido en una “fiesta de traje” donde toda la comunidad aporta, consolidándose como un ejemplo de colaboración y compromiso cívico en la ciudad.