La realización de este primer ejercicio práctico es un paso fundamental para crear conciencia entre los residentes de la zona costera, establecer rutas de evacuación claras y poner a prueba los protocolos de actuación de las diferentes corporaciones de emergencia. El simulacro sirve como un recordatorio crucial de que la preparación y la educación son las herramientas más efectivas para mitigar los riesgos de desastres naturales.