Estos cursos están abiertos al público general y tienen un costo.

López destacó que no conoce un proyecto similar en la ciudad y expresó su deseo de que otros comerciantes se inspiren para “copiar el modelo de emplear personas sordas”. La iniciativa representa un paso significativo hacia la creación de espacios verdaderamente accesibles y equitativos en Tijuana, demostrando que un negocio puede ser un motor de cambio social.