Además del costo, los alumnos denunciaron la insuficiencia de unidades, especialmente en horarios nocturnos, lo que dificulta el regreso a casa de quienes tienen clases hasta tarde. Esta escasez no solo prolonga sus tiempos de traslado, que pueden llegar hasta una hora y media, sino que también genera preocupaciones sobre su seguridad.

Otro punto de conflicto es la falta de respeto a la tarifa preferencial para estudiantes. Un alumno de psicología indicó que, aunque debería pagar nueve pesos, hay choferes que les cobran la tarifa completa de 18 pesos, obligándolos a llevar siempre dinero extra. Estas demandas se enmarcan en una exigencia más amplia por un servicio de transporte digno y eficiente, que responda a las necesidades de una de las poblaciones más vulnerables y dependientes de este sistema.