Entre los estudiantes, las reacciones también son mixtas.

Yamileth, una alumna, reconoció la utilidad de la medida para la seguridad, pero apuntó a una desventaja práctica: la escasa durabilidad de este tipo de mochilas, que a menudo se rompen por el peso de los libros. La secretaria de Educación de Baja California, Irma Martínez Manríquez, expresó su respaldo a la autonomía de cada escuela para implementar acciones que protejan a su comunidad, pero aclaró que no se trata de una política obligatoria a nivel estatal. La decisión de la Secundaria Técnica 33 refleja una creciente preocupación por la seguridad en los centros educativos y plantea la posibilidad de que otras escuelas repliquen la medida, avivando la discusión sobre cuáles son las estrategias más efectivas para garantizar un ambiente seguro sin vulnerar los derechos de los estudiantes.