Los menores presentaron síntomas como vómito, diarrea y dolor abdominal.

En respuesta, la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda anunció la suspensión temporal del programa de desayunos escolares exclusivamente en Tijuana y ordenó una investigación exhaustiva para determinar las causas y deslindar responsabilidades.

La mandataria aseguró que “los responsables asuman las consecuencias”, y destacó que previamente se servían más de 347,000 desayunos diarios sin incidentes.

La Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS) procedió a tomar muestras de los alimentos y del agua para su análisis. A pesar de que las autoridades informaron que todos los menores afectados fueron atendidos y se encuentran fuera de peligro, el suceso ha generado una profunda preocupación entre los padres de familia y ha puesto en tela de juicio los protocolos de supervisión y calidad de los proveedores contratados por el gobierno estatal para alimentar a la niñez.