Los residentes entregaron un oficio al ayuntamiento detallando la problemática y esperan que las autoridades intervengan para frenar una obra que, aseguran, invade el espacio público y deteriora su calidad de vida.

Este conflicto evidencia las crecientes tensiones entre el desarrollo inmobiliario y las comunidades establecidas en Tijuana, donde la infraestructura a menudo no se corresponde con la densificación urbana.