El suceso ha desencadenado una investigación oficial, la suspensión temporal del programa en la ciudad y una sanción millonaria contra la empresa proveedora.

La emergencia sanitaria se desató el 3 de octubre, cuando alumnos de al menos 21 planteles educativos presentaron síntomas gastrointestinales como vómito, diarrea y dolor abdominal.

Las cifras oficiales iniciales reportaron 78 menores afectados, aunque testimonios y medios locales sugirieron que el número podría superar los 200.

La causa fue identificada por la Secretaría de Salud estatal como Norovirus G1, un patógeno estacional que, según el secretario José Adrián Medina Amarillas, probablemente fue transmitido por un manipulador de alimentos infectado. El platillo señalado fue tinga de pollo, servido por la empresa AB Alimentos Nutracéuticos Funcionales S.A. de C.V. La respuesta de las autoridades fue inmediata: se activaron protocolos de emergencia, se suspendió la entrega de desayunos en Tijuana y la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) inició una investigación. La gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda aseguró que los menores se encontraban fuera de peligro y ordenó una investigación "para conocer la causa y que los responsables asuman las consecuencias". Posteriormente, el gobierno estatal impuso una sanción económica de 6.7 millones de pesos a la empresa, cuyos recursos se destinarán a mejoras en infraestructura escolar. La compañía, que provee desayunos a 85 mil niños en el estado, recibió además una recomendación formal para reforzar sus protocolos de higiene.