La empresa de transporte Azul y Blanco fue la principal señalada, cuya tarifa de 18 pesos debería reducirse a la mitad para estudiantes y adultos mayores.

Un estudiante llamado Ángel expresó que los choferes no solo se niegan a aplicar el descuento, sino que en ocasiones le han arrebatado el dinero, calificando la situación como un trato que "no es ni digno ni justo". Otro alumno, Dante, mencionó que un conductor se negó a cobrarle la tarifa preferencial alegando que no se parecía a la foto de su credencial. Los estudiantes también denunciaron que los transportistas argumentan que el descuento solo es válido si abordan la unidad justo en el puente del campus Otay, negándolo en cualquier otro punto de la ciudad. Además del problema económico, las quejas se extendieron a las malas condiciones de los vehículos, señalando que durante el verano las ventanas permanecen atornilladas, creando un ambiente sofocante por la saturación de pasajeros.

La manifestación busca visibilizar una problemática constante que afecta no solo su economía sino también su integridad.