A pesar del progreso reportado, el proyecto ha enfrentado notables retrasos.

Originalmente, el expresidente Andrés Manuel López Obrador había asegurado que la obra sería inaugurada antes de concluir su mandato en septiembre de 2024. Posteriormente, la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda planteó la posibilidad de una apertura parcial en abril de 2025 para el tramo de El Chaparral a Playas de Tijuana, lo cual tampoco se concretó. La más reciente promesa proviene de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien en septiembre aseguró que la obra estará lista en diciembre de 2025, un plazo que la Sedena se esfuerza por cumplir. Además de los desafíos logísticos y de plazos, la construcción no ha estado exenta de incidentes, incluyendo varios accidentes laborales. El más reciente, ocurrido el 21 de agosto, involucró la caída de una grúa sobre una de las estructuras, lo que subraya los riesgos inherentes a una obra de esta magnitud. A pesar de los contratiempos, el avance continuo del viaducto mantiene la expectativa de una mejora sustancial en la infraestructura vial de la ciudad fronteriza.