Tras la alarma, las autoridades sanitarias, incluyendo la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS), realizaron un exhaustivo análisis.

Las pruebas descartaron contaminación en el agua o desarrollo bacteriano en los alimentos, pero las muestras clínicas de los niños dieron positivo a Norovirus. El secretario de Salud, José Adrián Medina Amarillas, explicó que el virus fue probablemente transmitido por un manipulador de alimentos infectado. “Alguna de las personas que preparó el alimento seguramente tenía el virus y fue como llegó a los alimentos”, declaró. La gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda confirmó la sanción y aseguró que los recursos obtenidos se destinarán a mejorar la infraestructura de las escuelas afectadas o de otras con necesidades. Además, se ordenó a la empresa reforzar sus controles sanitarios y se anunció una revisión a fondo de todos los proveedores del programa. El servicio de desayunos, que atiende a miles de niños diariamente, fue suspendido temporalmente y se reactivó el 9 de octubre bajo nuevos protocolos de vigilancia. Este incidente ha puesto en el centro del debate la supervisión de los programas sociales y la responsabilidad de las empresas contratadas para servicios tan sensibles como la alimentación infantil.