El consulado confirmó haber recibido reportes del incidente que involucró “el uso de explosivos y múltiples detonaciones”. Esta acción generó una notable atención, ya que, según algunos reportes, la confirmación del ataque por parte del consulado precedió a la información oficial de las autoridades mexicanas. La medida también provocó un despliegue de agencias de seguridad estadounidenses en la zona fronteriza, sumándose al intenso operativo de las fuerzas mexicanas. El gobierno de EE.

UU. afirmó que continuará monitoreando la situación y mantendrá comunicación con las autoridades mexicanas para garantizar la seguridad de sus ciudadanos. La alerta refleja la creciente preocupación por la escalada de violencia y el uso de tácticas avanzadas por parte del crimen organizado en una ciudad fronteriza clave como Tijuana, lo que tiene implicaciones directas para la dinámica binacional y la percepción de seguridad en la región.